Versículos bíblicos sobre Comunicación
Versículos bíblicos sobre la Comunicación
La comunicación, en su forma más pura, es un don divino, un puente que conecta corazones y mentes. La Escritura revela que la comunicación efectiva honra a Dios y edifica a los demás. Explorar versículos bíblicos sobre este tema ilumina no solo cómo debemos hablar y escuchar, sino también el profundo impacto que tienen nuestras palabras en el mundo que nos rodea. A través de la comprensión de los principios de Dios para la comunicación, podemos cultivar relaciones arraigadas en la verdad, el amor y la gracia. Que estos versículos te guíen a comunicarte con intención, sabiduría y un espíritu que refleje el corazón de Cristo, fomentando unidad y comprensión en todas tus interacciones.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: mas la lengua de los sabios es medicina.
Y respondieron los hijos de Heth á Abraham, y dijéronle:
Asimismo, si no lo hicimos por temor de esto, diciendo: Mañana vuestros hijos dirán á nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con Jehová el Dios de Israel?;
Scripture Passages
Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Mas ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová los quería matar.
Pon, oh Jehová, guarda á mi boca: guarda la puerta de mis labios.
No hables á oídos del necio; porque menospreciará la prudencia de tus razones.
Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doblado dinero, y á Benjamín; y se levantaron, y descendieron á Egipto, y presentáronse delante de José.
Mas Absalom no habló con Amnón ni malo ni bueno; bien que Absalom aborrecía á Amnón, porque había forzado á Thamar su hermana.
La sabiduría clama de fuera, da su voz en las plazas:
Goteará como la lluvia mi doctrina; destilará como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba:
Guiña de sus ojos, habla con sus pies, indica con sus dedos;
Abrió su boca con sabiduría: y la ley de clemencia está en su lengua.
DEL hombre son las disposiciones del corazón: mas de Jehová la respuesta de la lengua.
Y dirigióse Hamor padre de Sichêm á Jacob, para hablar con él.
Entonces él mismo vino á Rama; y llegando al pozo grande que está en Sochô, preguntó diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y fuéle respondido: He aquí están en Najoth en Rama.
A los cuales Samsón dijo: Yo os propondré ahora un enigma, el cual si en los siete días del banquete vosotros me declarareis y descubriereis, yo os daré treinta sábanas y treinta mudas de vestidos.
Porque pesaría aquél más que la arena del mar: y por tanto mis palabras son cortadas.
Y las enseñaréis á vuestros hijos, hablando de ellas, ora sentado en tu casa, ó andando por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes:
CON mi voz clamé á Dios, á Dios clamé, y él me escuchará.
¿Y ahora tú dices: Ve, di á tu amo: Aquí está Elías?
El principio de las palabras de su boca es necedad; y el fin de su charla nocivo desvarío.
Y Balac dijo á Balaam: ¿No envié yo á ti á llamarte? ¿por qué no has venido á mí? ¿no puedo yo honrarte?
¿Cuánto más si el pueblo hubiera hoy comido del despojo de sus enemigos que halló? ¿no se habría hecho ahora mayor estrago en los Filisteos?
El que habla verdad, declara justicia; mas el testigo mentiroso, engaño.
Los sabios guardan la sabiduría: mas la boca del loco es calamidad cercana.
Mejor es vivir en un rincón de zaquizamí, que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.
Traslado de la carta que Tatnai, capitán de la parte allá del río, y Sethar-boznai, y sus compañeros los Apharsachêos, que estaban á la parte allá del río, enviaron al rey Darío.
Y propuso tres mil parábolas; y sus versos fueron mil y cinco.
Y era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron á Faraón.
Entonces él mismo vino á Rama; y llegando al pozo grande que está en Sochô, preguntó diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y fuéle respondido: He aquí están en Najoth en Rama.
El carbón para brasas, y la leña para el fuego: y el hombre rencilloso para encender contienda.
Enardecióse mi corazón dentro de mí; encendióse fuego en mi meditación, y así proferí con mi lengua:
Y respondió Eliú hijo de Barachêl, Bucita, y dijo: Yo soy menor de días, y vosotros viejos; he tenido por tanto miedo, y temido declararos mi opinión.
Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas así enflaqueciendo? ¿no me lo descubrirás á mí? Y Amnón le respondió: Yo amo á Thamar la hermana de Absalom mi hermano.
Y fué palabra de Jehová á Salomón, diciendo:
Y soñó José un sueño, y contólo á sus hermanos; y ellos vinieron á aborrecerle más todavía.
Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos á vosotros; entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos á ellos.
Y salió Moisés, y dijo al pueblo las palabras de Jehová: y juntó los setenta varones de los ancianos del pueblo, é hízolos estar alrededor del tabernáculo.
Y como se lo dijesen á Jotham, fué y púsose en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó, y díjoles: Oidme, varones de Sichêm; que Dios os oiga.
Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oir tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.
Tienen boca, mas no hablarán; tienen ojos, mas no verán;
Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría razonar con Dios.
Y yo descenderé y hablaré allí contigo; y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.
La Biblia ofrece una sabiduría profunda sobre la comunicación, destacando su poder para edificar o derribar, para sanar o herir. Los versículos explorados subrayan la importancia de la veracidad, la amabilidad y la escucha intencional, instándonos a ser conscientes de nuestras palabras y su impacto. Vemos un llamado constante a un habla graciosa, templada con amor y sazonada con sabiduría. Estas escrituras revelan que la comunicación efectiva no se trata meramente de transmitir información, sino de reflejar el carácter de Dios a través de nuestras interacciones. Que estos versículos nos inspiren a cultivar un estilo de comunicación marcado por la integridad y la empatía. Reflexionemos regularmente sobre nuestras palabras y esforcémonos por ser vasos de paz y comprensión, construyendo relaciones más fuertes y honrando a Dios en cada conversación. En última instancia, la comunicación consciente y centrada en Cristo fomenta la unidad y refleja su amor al mundo.