Versículos bíblicos sobre Reunión Familiar
Versículos bíblicos sobre Reunión Familiar
Las reuniones familiares son más que simples encuentros; son ecos de la intención de Dios para la unidad y el amor dentro de las familias, un reflejo de la familia divina a la que somos invitados a través de Cristo. La Escritura ilumina la profunda significancia de los lazos familiares, recordándonos las bendiciones y responsabilidades que vienen con la pertenencia. Explorar versos bíblicos sobre reuniones familiares nos permite entender el corazón de Dios para la reconciliación, el perdón y el fortalecimiento de las relaciones. Mientras nos sumergimos en estas escrituras, que seamos inspirados a atesorar nuestras conexiones familiares, a reparar lo que está roto y a construir un legado de fe y amor que honre a Dios y bendiga a las generaciones venideras.
Versículos más útiles
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Y de la tribu de Aser, á Miseal con sus ejidos, á Abdón con sus ejidos,
Los contados de ellos por sus familias, por las casas de sus padres, fueron dos mil seiscientos y treinta.
Habiendo de ser Abraham en una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las gentes de la tierra?
Scripture Passages
Y Obed engendró á Isaí, é Isaí engendró á David.
Y también al hijo de la sierva pondré en gente, porque es tu simiente.
Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo él los carros que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió.
Y ALZANDO Jacob sus ojos miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él: entonces repartió él los niños entre Lea y Rachêl y las dos siervas.
Y SUCEDIÓ después de estas cosas el haberse dicho á José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo sus dos hijos Manasés y Ephraim.
Y ahora tus dos hijos Ephraim y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese á ti á la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos:
Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo él los carros que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió.
Y levantóse Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y retrocedió y volvióse á su lugar.
Así volvió Noemi y Ruth Moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron á Beth-lehem en el principio de la siega de las cebadas.
Y dijo Jacob cuando los vió: El campo de Dios es este: y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.
Levantóse luego Joab, y fué á Gessur, y volvió á Absalom á Jerusalem.
Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó su misericordia y su verdad de mi amo, guiándome Jehová en el camino á casa de los hermanos de mi amo.
Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero: y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor.
Si enviares á nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento:
Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú: y le bendijo.
Y se hizo saber á Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene á ti. Entonces se esforzó Israel, y sentóse sobre la cama;
Y levantóse Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y retrocedió y volvióse á su lugar.
Y los hijos de Zabulón: Sered, y Elón, y Jahleel.
Entonces Israel dijo á José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, pues aun vives.
Alza tus ojos en derredor, y mira: todos estos se han juntado, vinieron á ti: tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas.
Pero si la hija del sacerdote fuere viuda, ó repudiada, y no tuviere prole, y se hubiere vuelto á la casa de su padre, como en su mocedad, comerá del pan de su padre; mas ningún extraño coma de él.
Y si tornare en paz á casa de mi padre, Jehová será mi Dios,
Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera al hombre, á la fuente;
Así pues, no me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón, y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
Así volvió Noemi y Ruth Moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron á Beth-lehem en el principio de la siega de las cebadas.
Y tomó Jethro, suegro de Moisés, á Séphora la mujer de Moisés, después que él la envió,
Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él el tiempo de un mes.
Y diéronle las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y su corazón se desmayó; pues no los creía.
Y subieron de Egipto, y llegaron á la tierra de Canaán á Jacob su padre.
E hicieron los hijos de Israel conforme á todas las cosas que Jehová mandó á Moisés; así asentaron el campo por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres.
Y después que la habrás visto, tú también serás reunido á tus pueblos, como fué reunido tu hermano Aarón:
Y ahora tus dos hijos Ephraim y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese á ti á la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos:
Y oyóse la noticia en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y plugo en los ojos de Faraón y de sus siervos.
Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender á Egipto, porque yo te pondré allí en gran gente.
Yo te ruego que dejes volver á tu siervo, y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. He aquí tu siervo Chimham; que pase él con mi señor el rey, y hazle lo que bien te pareciere.
Y ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
Booz pues tomó á Ruth, y ella fué su mujer; y luego que entró á ella, Jehová le dió que concibiese y pariese un hijo.
Y las mujeres decían á Noemi: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será nombrado en Israel.
Tu mujer será como parra que lleva fruto á los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivas alrededor de tu mesa.
Y he aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla.
Las reuniones familiares, como se refleja en estos versos bíblicos cuidadosamente seleccionados, son más que simples encuentros; son ecos del propio deseo de Dios por la unidad y la conexión dentro de su familia. Desde celebrar la herencia y recordar la historia compartida hasta ofrecer apoyo y reconciliación, estas escrituras destacan la importancia espiritual de los lazos familiares. Nos recuerdan que la familia, en sus diversas formas, es un regalo destinado a ser atesorado y nutrido. Que estos versos sirvan como inspiración para su próxima reunión familiar, alentando actos intencionales de amor, perdón y aprecio. Tome tiempo para reflexionar sobre la fuerza y la resiliencia de su familia, y considere cómo puede aplicar estos principios atemporales para construir un legado aún más fuerte y que honre a Dios para las generaciones venideras. Que su reunión sea un testimonio del poder duradero de la familia, arraigado en la fe y rebosante de amor.