Versículos bíblicos sobre Herencia
Versículos de la Biblia sobre la Herencia
Entender nuestra herencia a través de la lente de la escritura revela una conexión profunda con generaciones pasadas y una responsabilidad hacia aquellas por venir. La Biblia habla de una herencia espiritual, un legado de fe y la importancia de transmitir los mandamientos de Dios. Explorando estos versos, descubrimos que la herencia no es meramente sobre ascendencia o tradición, sino sobre una relación de pacto con Dios que moldea nuestra identidad y propósito. Nos llama a honrar la fidelidad de nuestros antepasados espirituales, aprender de sus experiencias y construir sobre la fundación que ellos pusieron, asegurando que la luz del amor de Dios continúe brillando intensamente a través de nuestras vidas para generaciones venideras.
Versículos más útiles
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Al mediodía toda la tierra de los Cananeos, y Mehara que es de los Sidonios, hasta Aphec, hasta el término del Amorrheo;
Los hijos de Châm: Chûs, Misraim, Phuth, y Canaán.
Entonces los encomendó Moisés á Eleazar el sacerdote, y á Josué hijo de Nun, y á los príncipes de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
Scripture Passages
Y los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad, y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que le nacieron en Padan-aram.
El duque Aholibama, el duque Ela, el duque Pinón,
Entonces Samuel dijo al pueblo: Jehová es quien hizo á Moisés y á Aarón, y que sacó á vuestros padres de la tierra de Egipto.
LAS palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anathoth, en tierra de Benjamín.
Y los hijos de Zara: Zimri, Ethán, Hemán, y Calcol, y Darda; en todos cinco.
Pero los Levitas no fueron contados entre ellos según la tribu de sus padres.
Y vió Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?
Oye pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis multiplicados, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres, en la tierra que destila leche y miel.
Y Naciéronle á Absalom tres hijos, y una hija que se llamó Thamar, la cual era hermosa de ver.
Bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está á la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos:
Y toda aquella generación fué también recogida con sus padres. Y levantóse después de ellos otra generación, que no conocían á Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.
Mas no me oyeron ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, é hicieron peor que sus padres.
De Judá, Eliú, uno de los hermanos de David; de los de Issachâr, Omri hijo de Michâel;
En orden á su hermano Eliezer, hijo de éste era Rehabía, hijo de éste Isaías, hijo de éste Joram, hijo de éste Zichri, del que fué hijo Selomith.
Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué rito es este vuestro?
Y vivió Lamech ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo:
Y parió la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los Moabitas hasta hoy.
E Ibhar, y Elisua, y Nepheg,
El cuarto Nathanael, el quinto Radai;
Y Salphaad, hijo de Hepher, no tuvo hijos sino hijas: y los nombres de las hijas de Salphaad fueron Maala, y Noa, y Hogla, y Milca, y Tirsa.
Y vió Sara al hijo de Agar la Egipcia, el cual había ésta parido á Abraham, que se burlaba.
¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y á la mujer: ¿Por qué pariste?
E Ibhar, y Elisua, y Nepheg,
Los hijos de Merari: Mahali, y Musi. Estas son las familias de Leví, según sus descendencias.
Y los términos de Og rey de Basán, que había quedado de los Rapheos, el cual habitaba en Astaroth y en Edrei,
Y los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.
Azaría fué hijo de Ethán.
Los contados de ellos, de la tribu de Simeón, cincuenta y nueve mil y trescientos.
Empero fué que tornando él á meter la mano, he aquí su hermano salió; y ella dijo: ¿Por qué has hecho sobre ti rotura? Y llamó su nombre Phares.
Y Hesrón engendró á Ram, y Ram engendró á Aminadab;
Y guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre.
Y contólos en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.
La séptima suerte salió por la tribu de los hijos de Dan por sus familias.
Y de allí pasa aquel término á Luz, por el lado de Luz (esta es Beth-el) hacia el mediodía. Y desciende este término de Ataroth-addar al monte que está al mediodía de Beth-oron la de abajo.
Sube á este monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está en derecho de Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad á los hijos de Israel;
Y será, cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,
Mas Hebrón fué antes llamada Chîriath-arba; fué Arba un hombre grande entre los Anaceos. Y la tierra tuvo reposo de las guerras.
Y Saraim, y Adithaim, y Gedera, y Gederothaim; catorce ciudades con sus aldeas.
Las vigas de nuestra casa son de cedro, y de ciprés los artesonados.
El duque Magdiel, y el duque Hiram. Estos fueron los duques de Edom por sus habitaciones en la tierra de su posesión. Edom es el mismo Esaú, padre de los Idumeos.
Los versos de la Biblia sobre herencia revelan una comprensión multifacética de la herencia, abarcando posesiones tangibles, bendiciones espirituales y responsabilidades morales transmitidas a través de generaciones. Estas escrituras enfatizan la importancia de honrar la fe, valores y arduo trabajo de nuestros antepasados, mientras también reconocen nuestro deber de construir sobre esa fundación y dejar un legado positivo para aquellos que vienen después de nosotros. En última instancia, reflexionar sobre estos versos nos desafía a examinar la herencia que hemos recibido, discerniendo qué atesorar y qué refinar. Nos llama a cultivar activamente una herencia espiritual, anclándonos en la Palabra de Dios y viviendo vidas que reflejen Su amor y justicia, asegurando un legado rico y perdurable de fe, esperanza y rectitud para que las generaciones hereden.