Versículos bíblicos sobre Humildad
Versículos bíblicos sobre Humildad
Sumérgete en el corazón de la humildad, una piedra angular del crecimiento espiritual iluminada a lo largo de las Escrituras. Estos versículos ofrecen un camino para entender la gracia de Dios y nuestra relación con Él y con los demás. Abraza la sabiduría encontrada en estos pasajes, permitiendo que moldeen tu perspectiva y acciones. La verdadera humildad no es debilidad, sino fuerza bajo la guía divina, fomentando empatía, compasión y una conexión genuina con el mundo que nos rodea. Al explorar estas enseñanzas, podemos cultivar un espíritu de servicio desinteresado y encontrar una profunda alegría en rendir nuestro ego a la voluntad de Dios. Que estas palabras sean una guía en tu viaje hacia una vida más humilde y plena.
Versículos más útiles
Comienza tu estudio con estos pasajes cuidadosamente seleccionados
Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Sophereth, los hijos de Perida,
Allegádome he á tus testimonios; oh Jehová, no me avergüences.
Así el sacerdote le dió el pan sagrado, porque allí no había otro pan que los panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de delante de Jehová, para que se pusiesen panes calientes el día que los otros fueron quitados.
Scripture Passages
Dijo entonces Saúl á su criado: Bien dices; ea pues, vamos. Y fueron á la ciudad donde estaba el varón de Dios.
Santifícame todo primogénito, cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales: mío es.
Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante de la cubierta que está sobre el testimonio, donde yo te testificaré de mí.
Dijeron entonces todos los árboles al escaramujo: Anda tú, reina sobre nosotros.
Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.
El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones: mas el que se apresura á enriquecer, no será sin culpa.
Ningún varón se allegue á ninguna cercana de su carne, para descubrir su desnudez: Yo Jehová.
Y perdonarás á tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se habrán contra ti rebelado; y harás que hayan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos:
Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia;
Y su ofrenda, un plato de plata de ciento y treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Toma á Aarón y á sus hijos con él, y las vestimentas, y el aceite de la unción, y el becerro de la expiación, y los dos carneros, y el canastillo de los ázimos;
Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, Jehová, y tu verdad está en torno de ti.
Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, y tendré qué responder al que me deshonrare.
Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro: tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y echarálo en el agua.
¿Oíste tú el secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabiduría?
Avergüéncense todos los que sirven á las imágenes de talla, los que se alaban de los ídolos: los dioses todos á él se encorven.
Mujeres reposadas, levantaos, oid mi voz; confiadas, escuchad mi razón.
Y Jehová le respondió: ¿Quién dió la boca al hombre? ¿ó quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿no soy yo Jehová?
Un macho cabrío, para hacer expiación por vosotros.
A media noche me levantaba á alabarte sobre los juicios de tu justicia.
Y de los asnos, treinta mil y quinientos;
Y bendito su nombre glorioso para siempre: y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.
Confirma tu palabra á tu siervo, que te teme.
Contra mí forjaron mentira los soberbios: mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
Y yo te ruego que perdones á tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa firme á mi señor, por cuanto mi señor hace las guerras de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.
Y adornó el oráculo por de dentro en medio de la casa, para poner allí el arca del pacto de Jehová.
Y ¿qué gente grande hay que tenga estatutos y derechos justos, como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?
Entonces salió Joachîn rey de Judá al rey de Babilonia, él, y su madre, y sus siervos, y sus príncipes, y sus eunucos: y prendiólo el rey de Babilonia en el octavo año de su reinado.
Y de las personas, diez y seis mil: y de ellas el tributo para Jehová, treinta y dos personas.
El necio multiplica palabras: no sabe hombre lo que ha de ser; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?
Asimismo esta gran mar y ancha de términos: en ella pescados sin número, animales pequeños y grandes.
Así pues, no me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón, y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová.
En el mes primero, á los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.
Y JEHOVÁ habló á Moisés en el monte de Sinaí, diciendo:
En Jehová será justificada y se gloriará toda la generación de Israel.
Y sobre la mesa de la proposición extenderán el paño cárdeno, y pondrán sobre ella las escudillas, y las cucharas, y las copas, y los tazones para libar: y el pan continuo estará sobre ella.
Y todas las décimas de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová son: es cosa consagrada á Jehová.
Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas, y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.
Lavaré en inocencia mis manos, y andaré alrededor de tu altar, oh Jehová:
En esencia, estos versículos pintan un cuadro poderoso: la humildad no es debilidad, sino fuerza. No es autodegradación, sino más bien una evaluación honesta de uno mismo en relación con Dios y los demás. Al abrazar la humildad, nos abrimos a la gracia, guía y provisión de Dios. Estas Escrituras nos animan a reflexionar sobre nuestras actitudes y acciones, cuestionando dónde el orgullo podría estar influyendo sutilmente en nuestras elecciones. Que estos versículos sirvan como un recordatorio continuo para cultivar un espíritu de humildad en todos los aspectos de la vida: nuestras relaciones, trabajo y aspiraciones personales. Mientras perseguimos activamente la humildad, invitamos a Dios a elevarnos en Su tiempo y según Su propósito, lo que ultimately lleva a una existencia más plena y centrada en Cristo. Esfuérzate por encarnar la mansedumbre y la bajeza de corazón ejemplificada por Jesús mismo.