Versículos bíblicos sobre Ganado
Versículos bíblicos sobre Ganado
La Biblia habla extensamente sobre el ganado, no meramente como propiedad, sino como integral al tejido de la vida antigua y la provisión de Dios. Entender estos versos ofrece una visión de las economías agrícolas de los tiempos bíblicos, destacando las bendiciones de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia en cuanto a la mayordomía de los recursos. Más profundamente, estudiar las Escrituras sobre el ganado revela el cuidado consistente de Dios por toda la creación, desde el gorrión más pequeño hasta el buey más grande. Subraya la responsabilidad que la humanidad tiene de nutrir y proteger el reino animal, reconociendo su valor inherente a los ojos de Dios y su contribución al sustento humano y al crecimiento espiritual. A través de esta lente, podemos cultivar una apreciación más profunda por el diseño de Dios y nuestro rol dentro de él.
Versículos más útiles
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¿Y por qué hiciste venir la congregación de Jehová á este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?
Porque hoy ha descendido, y ha matado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado á todos los hijos del rey, y á los capitanes del ejército, y también á Abiathar sacerdote; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonía!
De los siervos de Faraón el que temió la palabra de Jehová, hizo huir sus criados y su ganado á casa:
Scripture Passages
Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó á lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas á Jehová tu Dios; pero lo demás lo destruimos.
Y setenta y dos mil bueyes,
Hablad á los hijos de Israel, diciendo: Estos son los animales que comeréis de todos los animales que están sobre la tierra.
Y el día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin tacha; y tres décimas de flor de harina para presente, amasada con aceite, y un log de aceite.
Porque la hacienda de ellos era grande, y no podían habitar juntos, ni la tierra de su peregrinación los podía sostener á causa de sus ganados.
Y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío á decirlo á mi señor, por hallar gracia en tus ojos.
Y toda décima de vacas ó de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, la décima será consagrada á Jehová.
Y sus presentes y sus libaciones con los becerros, con los carneros, y con los corderos, según el número de ellos, conforme á la ley;
Habla á los hijos de Israel, y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofreciere ofrenda á Jehová, de ganado vacuno ú ovejuno haréis vuestra ofrenda.
Y de los asnos, treinta mil y quinientos: y de ellos el tributo para Jehová, setenta y uno.
Y Saúl y el pueblo perdonaron á Agag, y á lo mejor de las ovejas, y al ganado mayor, á los gruesos y á los carneros, y á todo lo bueno: que no lo quisieron destruir: mas todo lo que era vil y flaco destruyeron.
Un macho cabrío para expiación;
Y su hacienda era siete mil ovejas, y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muchísimos criados: y era aquel varón grande más que todos los Orientales.
Y sus presentes y sus libaciones con los becerros, con los carneros, y con los corderos, según el número de ellos, conforme á la ley;
Un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;
Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó á lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas á Jehová tu Dios; pero lo demás lo destruimos.
¿Y por qué hiciste venir la congregación de Jehová á este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?
Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró Jehová á tus padres que te había de dar.
Y entrególo en mano de sus siervos, cada manada de por sí; y dijo á sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre manada y manada.
Tus dientes, como manada de ovejas que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y estéril no hay entre ellas.
Y ofreceréis con el pan siete corderos de un año sin defecto, y un becerro de la vacada y dos carneros: serán holocausto á Jehová, con su presente y sus libaciones; ofrenda encendida de suave olor á Jehová.
Y para sacrificio de paces, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos de cabrío, cinco corderos de un año. Esta fué la ofrenda de Eliab, hijo de Helón.
Con cada uno de los siete corderos ofreceréis una décima;
Y llevaron cautivas los hijos de Israel las mujeres de los Madianitas, y sus chiquitos y todas sus bestias, y todos sus ganados; y arrebataron toda su hacienda.
Y oyó Jacob que había Sichêm amancillado á Dina su hija: y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.
Y estarán extranjeros, y apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
(La mitad para la congregación fué: de las ovejas, trescientas treinta y siete mil y quinientas;
Y habláronles en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por Moisés que nos fuesen dadas villas para habitar, con sus ejidos para nuestras bestias.
Y trajeron sus ofrendas delante de Jehová, seis carros cubiertos, y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y cada uno un buey; lo cual ofrecieron delante del tabernáculo.
Entonces Abimelech tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y diólo á Abraham, y devolvióle á Sara su mujer.
Un macho cabrío para expiación;
Y habláronles en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por Moisés que nos fuesen dadas villas para habitar, con sus ejidos para nuestras bestias.
Haced pues ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, á las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced tornar de detrás de ellas sus becerros á casa.
Tus dientes, como manada de ovejas que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y estéril no hay entre ellas.
Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que lloran? Y contáronle las palabras de los hombres de Jabes.
Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y oro.
Y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío á decirlo á mi señor, por hallar gracia en tus ojos.
Y tomamos para nosotros todas las bestias, y los despojos de las ciudades.
Y los presentes de ellos, de flor de harina amasada con aceite, tres décimas con cada uno de los trece becerros, dos décimas con cada uno de los dos carneros,
Y fué la presa, el resto de la presa que tomaron los hombres de guerra, seiscientas y setenta y cinco mil ovejas,
Los numerosos versos de la Biblia acerca del ganado ofrecen una poderosa visión de los fundamentos agrícolas y económicos del antiguo Israel, al mismo tiempo que proporcionan profundas percepciones sobre la provisión de Dios, cuidado y expectativas para la relación de la humanidad con el reino animal. Estos pasajes ilustran el rol del ganado en el sacrificio, sustento y acumulación de riqueza, reflejando una sociedad profundamente agraria. Más allá de lo práctico, estos versos incitan a la reflexión sobre nuestras responsabilidades de mayordomía. ¿Cómo cuidamos de los animales que nos han sido confiados, asegurando su bienestar y utilizándolos responsablemente? Como beneficiarios de la creación de Dios, incluyendo los animales que nos sostienen, estamos llamados a actuar con compasión y consideración consciente, reflejando Su carácter en nuestras interacciones con todas las cosas vivientes. Que estas Escrituras inspiren un compromiso renovado con el tratamiento ético y el agradecimiento por los dones abundantes de Dios.