Versículos bíblicos sobre Obediencia
Versículos bíblicos sobre Obediencia
Explorar la obediencia a través de las Escrituras revela un camino profundo hacia el crecimiento espiritual y una conexión más profunda con Dios. Comprender la obediencia no se trata de una sumisión ciega, sino de una elección consciente de alinear nuestra voluntad con la voluntad divina. Al estudiar los versículos bíblicos sobre obediencia, descubrimos que es un acto de amor, confianza y reverencia. La obediencia desbloquea bendiciones, fomenta la paz interior y cultiva una vida que refleja el carácter de Dios. Mientras profundizamos en estas Escrituras, que seamos inspirados a vivir vidas de obediencia gozosa, reconociendo que es una clave para desbloquear nuestro potencial espiritual y experimentar la plenitud de la gracia de Dios.
Versículos más útiles
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También murió Eleazar, hijo de Aarón; al cual enterraron en el collado de Phinees su hijo, que le fué dado en el monte de Ephraim.
Y los Gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa: ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis os haré.
Y HABLÓ Jehová á Moisés, diciendo:
Scripture Passages
Yo voy el camino de toda la tierra: esfuérzate, y sé varón.
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.
En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví, para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy.
Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo: veinte tablas al lado del austro, al mediodía.
También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos,
Todos los que están conmigo te saludan. Saluda á los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén. A Tito, el cual fué el primer obispo ordenado á la iglesia de los Cretenses, escrita de Nicópolis de Macedonia.
Y le haréis fiesta á Jehová por siete días cada un año; será estatuto perpetuo por vuestras edades; en el mes séptimo la haréis.
Así habló Moisés á los hijos de Israel sobre las solemnidades de Jehová.
Ve por la mañana á Faraón, he aquí que él sale á las aguas; y tú ponte á la orilla del río delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,
¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
¿O sólo yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?
No la comerás: en tierra la derramarás como agua.
Y Moisés hizo una serpiente de metal, y púsola sobre la bandera: y fué, que cuando alguna serpiente mordía á alguno, miraba á la serpiente de metal, y vivía.
Mas sus discípulos, oyendo estas cosas, se espantaron en gran manera, diciendo: ¿Quién pues podrá ser salvo?
Pues de su grado han dado conforme á sus fuerzas, yo testifico, y aun sobre sus fuerzas;
De manera que exhortamos á Tito, que como comenzó antes, así también acabe esta gracia entre vosotros también.
Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá: así quitarás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá, y temerá.
Si Faraón os respondiere diciendo, Mostrad milagro; dirás á Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se torne culebra.
Y en la ley Moisés nos mandó apedrear á las tales: tú pues, ¿qué dices?
Entonces los Fariseos le dijeron: Tú de ti mismo das testimonio: tu testimonio no es verdadero.
Antes en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.
Hizo también las cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de la una tabla para sus dos quicios, y dos basas debajo de la otra tabla para sus dos quicios.
Y el pueblo había servido á Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron largos días después de Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel.
Porque la ley constituye sacerdotes á hombres flacos; mas la palabra del juramento, después de la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová.
Y el sexto día, ocho becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Y puse por sobrestantes de ellos á Selemías sacerdote, y á Sadoc escriba, y de los Levitas, á Pedaías; y á mano de ellos Hanán hijo de Zaccur, hijo de Mathanías: pues que eran tenidos por fieles, y de ellos era el repartir á sus hermanos.
Y David temió á Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer á mi casa el arca de Dios?
ESCUCHA, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.
Toma á Aarón y á Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor;
Y como de allí te fueres más adelante, y llegares á la campiña de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben á Dios en Beth-el, llevando el uno tres cabritos, y el otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino:
No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo te socorrí, dice Jehová, y tu Redentor el Santo de Israel.
Alegad por vuestra causa, dice Jehová: exhibid vuestros fundamentos, dice el Rey de Jacob.
Y dijo Moisés á la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer.
Y entrándose Gedeón aderezó un cabrito, y panes sin levadura de un epha de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo presentóselo debajo de aquel alcornoque.
No tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado á Tito mi hermano: así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
Y MOISÉS dijo á los hijos de Israel, conforme á todo lo que Jehová le había mandado.
Y el día tercero, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Mas si el santificante redimiere su casa, añadirá á tu valuación el quinto del dinero de ella, y será suya.
Y si el que santificó la tierra quisiere redimirla, añadirá á tu estimación el quinto del dinero de ella, y quedaráse para él.
En conclusión, la Biblia enfatiza consistentemente la obediencia como una piedra angular de la fe, una demostración de amor por Dios y un camino para experimentar Sus bendiciones. Desde la disposición de Abraham a sacrificar a Isaac hasta la sumisión última de Jesús en la cruz, las Escrituras revelan que la obediencia no es meramente cumplimiento, sino una respuesta sincera al carácter y los mandamientos de Dios. Reflexionar sobre estos versículos nos anima a examinar nuestros propios corazones y acciones. ¿Estamos verdaderamente rindiendo nuestra voluntad a la Suya? La obediencia, aunque a veces desafiante, lleva en última instancia a una relación más profunda con Dios, mayor paz y el cumplimiento de Su propósito en nuestras vidas. Que estos versículos inspiren un compromiso renovado de buscar y seguir la voluntad de Dios en cada aspecto de nuestras vidas, confiando en que Sus planes para nosotros son siempre buenos y perfectos.