Versículos bíblicos sobre Seguridad
Versículos bíblicos sobre la seguridad
La verdadera seguridad reside no en posesiones terrenales o circunstancias fugaces, sino en el abrazo inquebrantable de Dios. La Escritura ofrece una profunda comprensión de esta seguridad divina, revelando un refugio del temor y una base de paz inquebrantable. Al explorar versículos sobre seguridad, descubrimos la promesa de la presencia constante de Dios, un escudo contra la adversidad y un ancla para nuestras almas en medio de las tormentas de la vida. Estas palabras sagradas iluminan el camino hacia una seguridad duradera, una construida sobre la fe, la confianza y el amor perdurable de nuestro Creador. Que estos versículos te guíen para encontrar consuelo y fuerza en Sus promesas infalibles.
Most Helpful Verses
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Y el pueblo había servido á Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron largos días después de Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel.
Y tomó la corona de su rey de su cabeza, la cual pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosas; y fué puesta sobre la cabeza de David. Y trajo muy grande despojo de la ciudad.
¿Quién midió las aguas con su puño, y aderezó los cielos con su palmo, y con tres dedos allegó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza, y con peso los collados?
Scripture Passages
Envió el rey, y soltóle; el señor de los pueblos, y desatóle.
Y Jonathán dijo á David: Vete en paz, que ambos hemos jurado por el nombre de Jehová, diciendo: Jehová sea entre mí y ti, entre mi simiente y la simiente tuya, para siempre. Y él se levantó y fuése: y Jonathán se entró en la ciudad.
De la manera que Jehová ha sido con mi señor el rey, así sea con Salomón; y él haga mayor su trono que el trono de mi señor el rey David.
Si anduviereis en mis decretos, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra;
Entonces ellos se llegaron á él y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro ganado, y ciudades para nuestros niños;
Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.
No toquéis, dijo, á mis ungidos, ni hagáis mal á mis profetas.
Oh Jehová, que yo soy tu siervo, yo tu siervo, hijo de tu sierva: rompiste mis prisiones.
Todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta las aguas calientes, todos los Sidonios; yo los desarraigaré delante de lo hijos de Israel: solamente repartirás tú por suerte el país á los Israelitas por heredad, como te he mandado.
Hizo también el rey Salomón navíos en Ezión-geber, que es junto á Elath en la ribera del mar Bermejo, en la tierra de Edom.
No temáis, ni os amedrentéis: ¿no te lo hice oir desde antiguo, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte: no conozco ninguno.
Y sale este término á la mar, y á Michmetat al norte, y da vuelta este término hacia el oriente á Tanath-silo, y de aquí pasa del oriente á Janoa:
Mas las familias de los hijos de Coath, Levitas, los que quedaban de los hijos de Coath, recibieron por suerte villas de la tribu de Ephraim.
Y á los hijos de Aarón sacerdote dieron la ciudad de refugio para los homicidas, á Hebrón con sus ejidos; y á Libna con sus ejidos,
CAPH. Desfallece mi alma por tu salud, esperando en tu palabra.
Benditos vosotros de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
Entonces Abimelech mandó á todo el pueblo, diciendo: El que tocare á este hombre ó á su mujer, de cierto morirá.
Pero si no le enviares, no descenderemos: porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro sin vuestro hermano con vosotros.
Y yo os he traído cuarenta años por el desierto: vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni tu zapato se ha envejecido sobre tu pie.
Puso luego el resto de la gente en mano de Abisai su hermano, ordenándolos en batalla contra los Ammonitas.
Como Jehová mandó á Moisés, así hicieron las hijas de Salphaad.
Aín, Rimmón, Eter, y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas:
Y el pueblo respondió á Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y á su voz obedeceremos.
Y la trilla os alcanzará á la vendimia, y la vendimia alcanzará á la sementera, y comeréis vuestro pan en hartura, y habitaréis seguros en vuestra tierra:
En escogiendo nuevos dioses, la guerra estaba á las puertas: ¿se veía escudo ó lanza entre cuarenta mil en Israel?
Moab, la vasija de mi lavatorio; sobre Edom echaré mi zapato: haz júbilo sobre mí, oh Palestina.
GIMEL. Haz bien á tu siervo; que viva y guarde tu palabra.
Y traedme á vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres de verdad: así os daré á vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.
Y su hueste, con los contados de ellos, cincuenta y tres mil y cuatrocientos.
Sino porque Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró á vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano fuerte, y os ha rescatado de casa de siervos, de la mano de Faraón, rey de Egipto.
Y las vecinas diciendo, A Noemi ha nacido un hijo, le pusieron nombre; y llamáronle Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.
Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salud. (Selah.)
Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.
Y díjome: Mi siervo eres, oh Israel, que en ti me gloriaré.
Tú empero eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, é Israel no nos conoce: tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.
Hizo la luna para los tiempos: el sol conoce su ocaso.
El rey de Dor, de la provincia de Dor, otro: el rey de Gentes en Gilgal, otro:
Mas Uría durmió á la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió á su casa.
Yo, yo Jehová; y fuera de mí no hay quien salve.
Y aparecióse Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.
En esencia, los versículos de la Biblia sobre seguridad pintan un poderoso cuadro de una seguridad inquebrantable encontrada no en posesiones terrenales o fuerza personal, sino en una relación firme con Dios. Desde promesas de protección y refugio hasta declaraciones de guía divina y amor inquebrantable, estas Escrituras ofrecen un reconfortante recordatorio de que nunca estamos verdaderamente solos o vulnerables. Meditar en estos versículos nos anima a liberar ansiedades, colocar nuestra confianza en un poder superior y encontrar consuelo en el conocimiento de que Dios es nuestro protector definitivo. Esforcémonos por internalizar estas verdades, permitiendo que moldeen nuestra perspectiva, calmen nuestros temores y nos empoderen para vivir con audacia y paz, seguros en los brazos eternos de nuestro Creador.